SIN HACER RUIDO
Con viento de poniente
y sabor a salitre,
llegó una mañana de invierno,
casi sin hacer ruido.
Merodeó arriba y abajo,
hasta que, casi sin darse cuenta,
se ubicó en él.
Pasó el tiempo,
y una mañana de primavera,
con viento cambiado
y sin dejar
su nombre
para el recuerdo,
se alejó como había entrado,
sin hacer ruido…
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