SILENCIO
Hace tiempo que rige
la noche.
Por fin la quietud,
(una vez más)
triunfó en la batalla diaria.
El plasma enmudeció y,
el último estruendo, rebotó
en los adobados muros de la calle.
Algo espeso,
pegajoso,
húmedo
me envuelve.
La mar se ha retirado
(respetuosamente)
a coger fuerzas.
Y me da por pensar.
Dónde se refugiarán ahora
los llantos de las asustadas sombras
que perdieron a sus dueños
(para siempre),
los suspiros de los que sufren de amor
(ignorado),
Las canciones que nadie escuchó.
Los llantos de la que sola murió.
Los quedos sollozos del alma humillada.
Las súplicas de la Humanidad
hambrienta.
Y vuelve a mí esa sensación
(amenazante).
Y escucho atentamente,
un murmullo se acerca.
Viene a mí, me roza,
(casi me toca)
Penetra en mi cerebro,
(y desde allí)
me acusa:
y tú, ¿qué vas a hacer?
y ahora entiendo,
tanto miedo al silencio…y
así, si el blanco esconde
todos los colores,
el silencio arrastra
todos los dolores que,
(sin destino)
vagan durante el día,
posándose en la noche
(para inculparnos)
Y no puedo resistir y,
(prendo las luces),
me pongo a cantar;
pido al mar que vuelva
con su espumoso vaivén;
a la Luna que se rinda al Sol
y que acaben los silencios.
Que atruenen las cisternas.
que de nuevo resuene el plasma
y el motor de dos tiempos.
Y así, todos a la vez,
(tú, yo y los demás)
recuperemos nuestra diaria normalidad,
Con nuestra conciencia embotada
(de ruido)
como hasta ahora,
como hasta siempre.
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