HUNDIÉNDOME EN TI
Como un Ahab sin destino,
voy buscando mi perdición.
Son tus ojos mi maldición,
y hundirme en ellos mi sino.
Busco en tu piel mi camino,
con agitada ensoñación.
Examinando con deleitación,
simas cual docto marino.
Fortuna me habrá de guiar
en esta obstinada tarea
de conseguirte para mí.
Pues no puedo ni imaginar
que alguien, no yo, te vea,
desnuda, como yo te vi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario