LA FARSA CONTINUA
Recorrí
sus calles y avenidas.
Me perdí
en sus glorietas.
Caminé pausada,
prudente,
silenciosamente,
como se requería.
Reparé en sus moradas
austeras,
(la mayoría)
desafiantes,
(algunas)
Mas,
cumpliendo
con su misión,
(todas).
Oteé sus floridas balconadas
Alegres,
(las jóvenes)
mustias,
(las remotas)
Conocí de
la bondad de sus dueños,
el amor de sus afines y
sus perennes recuerdos.
Salí, cerré la cancela.
Fuera, con el teatro lleno,
la farsa continuaba,
(Per saecula saeculorum)
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