TIEMPO DE DESCUENTO
Entonces, casi de la nada,
imprevistamente,
como pidiendo perdón
por existir, tú
te me apareciste.
Como una ligera brisa gris
recuerdo, que para entonces
no me auguraban
mas que mortecinas luces
en mi mañana.
Los ríos se me habían ahogado
en el mar más cercano,
me dijeron.
Y los ocres nunca más
volvería a verlos verdes.
Y entonces,
imprevistamente,
como pidiendo perdón
por existir, tú
te me enamoraste.
No importa lo que duró,
no mucho en términos contables,
mas (sirvió) servirá para alimentar
el resto de mi corto tiempo,
(ya no me importa),
de descuento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario