viernes, 24 de enero de 2014

CAMBRILS



 Antes de apagar la luz
la observa de nuevo,
aparentemente feliz,
(con aquel ajustado bañador
que tan bien le sentaba),
insinuante, casi provocativa…
Recuerda de memoria la dedicatoria:

“Tuya para siempre, Cambrils, agosto 2002”.

Lleva años sonriéndole
desde la mesilla…
Y él,
los mismos
llamándola farsante.



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