DESDE EL PRIMER DESTELLO
Desde el primer destello,
alguien decidió meterle prisa a su vida.
Para cuando fue consciente,
el primero de los dos días
que compondrían la suya,
se había esfumado…
Y apareció ella.
El tiempo,
viento sin huella hasta entonces,
comenzó a tener sentido y él,
con hambre atrasada,
se dispuso a coleccionar recuerdos,
para el inminente invierno
que impaciente
aguardaba.
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