en los que imagina
que, en lugar de Carlos
-hasta entonces su amigo-,
hubiera sido él el elegido.
Le hubiera evitado un mal trago…
Porque sí, lo admite, lo pasó mal,
no debió durar mucho,
aunque en su momento
le pareció una eternidad
-ya se sabe, cosas del primer amor-.
Pero ahora que ve a Carlos,
sentado en el parque,
retrasando el momento
de subir a casa,
con ese
semblante…
Tiene que reconocerlo
-le gustaría que ella supiera-,
lo agradecido que le está
por la decisión que tomó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario