Una vez más
te has abierto paso
entre la espesura de los
aromas urbanos.
Y eres tan pura,
tan sutil que
solo aquel que haya dormido
arrullado en tu cuna,
te reconocería.
Septiembre impregnó
tu vaivén desde
las profundidades,
y con él creaste el soplo
que ha llegado hasta
mí,
recordándome,
que por muy lejos
que de tí huya,
tarde o temprano
me volverás a encadenar.
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