Tardó más de la cuenta
en ser consciente,
de lo que a su alrededor
ocurría.
Para cuando lo fué,
el día había acabado.
Nunca supo, por tanto,
si su vida,
de haber actuado en la función,
hubiera ido a mejor.
Se prometió
(esta vez en serio),
estar a tiempo en la vida
del día siguiente.
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