sábado, 11 de mayo de 2013

CUALQUIER DÍA, CUALQUIER LUGAR-MANOS

ACTO II-LA TARDE-MANOS

Miro mi mano diestra,
gobernanta de los dedos que,
tamborileando de impaciencia
sobre el vidrio,
aguarda la próxima incursión.

Y no me atrevo a decirle que nunca más,
como diestro explorador,
hará viajes por los suaves
promontorios  de tu piel.

Retrasando el momento, 
observo de reojo a la,
siempre discriminada
siniestra que,
conocedora de los hechos y,
dispuesta a contárselo todo,
esboza una sonrisa de venganza…

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