sábado, 11 de mayo de 2013

CUALQUIER DÍA, CUALQUIER LUGAR-EL ROSAL QUE ADORNABA NUESTRA VIDA


ACTO I-LA MAÑANA-EL ROSAL QUE ADORNABA NUESTRA VIDA


Ahora que me interrogo por lo sucedido,
reconozco que sí,
que llegué a ser feliz;
ignorantemente feliz, añadiría.

Tanto que, ni siquiera,
me preocupaba de regar el rosal
que adornaba nuestra vida.

De hecho llegué a pensar que  
no necesitaba especiales cuidados,
que  por algún misterioso azar de la convivencia,
se mantenía, florido y fresco,
como el primer día que entró en casa
junto a ti…

Hasta hoy que,
sin previo aviso,
amaneció medio marchito y,
a menos que me disponga a socorrerlo.
no tendré más rosas que cuidar.

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