¿Qué puede hacer?
Sí, es verdad que se juró
no volver a pasar por ello
pero,
una vez más,
como una idiota enamorada,
le dejó entrar.
Desde el otro lado del sofá,
le observa ojeando el libro,
que a medio leer,
abandonó en primavera.
Y una vez más,
vuelve
a creer en su promesa
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