Oigo tus pasos,
te acercas,
me llegas,
me abrazas.
Y yo,
haciéndome el distraído,
me dejo,
y me pregunto:
¿cuántas combinaciones
matemáticas
(todas exactas),
han tenido que suceder,
para que estés aquí,
cálida, enamorada,
rodeándome con tus brazos?.
Y una vez más, concluyo:
costó,
pero hallé la formula…
No hay comentarios:
Publicar un comentario