Caminas a casa,
dejando atrás tu sombra,
rodeado de noche.
La cabeza gacha,
apresuras el paso.
De repente,
una sirena apuñala tu espalda;
te detienes,
aguardas unos segundos…
y el sonido pasa de largo.
Respiras aliviado,
no era tu día.
Tarde o temprano lo sabrán…
y entonces,
sonará por ti,
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